El judaísmo: estirpe o aproximación voluntaria?

Esta entrevista tuvo lugar la semana pasada en el marco de la visita de la hija de Amos Oz (Fania) en Girona. Anna Punsoda dialogó sobre judaísmo con Moriah Ferrús, directora de Educación y Culto de Atid, en la revista digital cultural La Lanza.

Anna Punsoda: 'La nuestra no es una línea de sangre sino una línea de texto', dicen Amos y Fania Oz a Los judíos y las palabras para explicar la continuidad judía. Es así? Hasta qué punto el judaísmo permite una aproximación voluntaria? Y hasta qué punto es una estirpe? Hablamos con Moriah Ferrús, la directora de Educación y Culto de Atid, una comunidad judía no ortodoxa fundada en Barcelona en 1992.

Moriah Ferrús: Preferiría referirnos a nuestra comunidad no tanto por lo que no somos, sino por lo que sí somos. Somos una comunidad judía tradicional e igualitaria, es decir, que todo conservando nuestra tradición judía nos adaptamos a los tiempos que vivimos. Además, hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y, obviamente, las mismas obligaciones.

Como es un proceso de conversión al judaísmo?

Se podría decir que es un período de reflexión, de estudio, de conocimiento y reconocimiento de uno mismo. Muchas personas se acercan a las sinagogas con ánimos de convertirse al judaísmo y, después de un tiempo de estudio, ven que la realidad no se corresponde con lo que ellos estaban buscando. Hay todo tipo de motivos por los que las personas deciden ser judíos: desde aquellos con antepasados ​​judíos que quieren regularizar su situación o aquellos que tienen una pareja judía y deciden formalizar un proceso de conversión al judaísmo. También están aquellos que, a pesar de no tener ningún vínculo evidente con el judaísmo, sienten una llamada interna que los impulsa a convertirse. Hay todo tipo de motivos que impulsan a la gente a llamar a la puerta de las sinagogas pidiendo ayuda. El proceso de conversión es un tiempo de estudio de la ley judía, de la lengua hebrea, de las festividades del calendario judío, de costumbres y de tradiciones y, en definitiva, de todo aquello que le servirá al candidato para llevar una vida como judío. No es una etapa fácil, es cierto, pero tengo que decir que no conozco a nadie que se haya querido convertir al judaísmo y no lo haya conseguido. Hace unos años, convertirse en Barcelona era poco menos que una epopeya, pero hoy en día las opciones formales de conversión al judaísmo existen en nuestra ciudad, normalizando la situación y ofreciendo respuestas reales aquellos que así lo deseen.

Cuántas conversiones tienen lugar en Cataluña anualmente (aproximadamente)?

No te sabría decir una cifra exacta. No estamos hablando de un gran volumen de gente, son cifras más bien discretas. Te diría que en el último año me sobran dedos en las manos para contar aquellos candidatos que han pasado conversión en nuestra comunidad. Creo que el año viviente me faltarán de dedos. Depende de los años. El judaísmo no es proselitista, más bien lo contrario. Pero lo cierto es que, todo el mundo que realmente lo quiere, de un modo u otro acaba formalizando un proceso de conversión, ya sea en Barcelona, ​​en Londres o en Jerusalén, para decirte las tres opciones más factibles y más cercanas.

Con qué ventajas e inconvenientes se encuentra un converso al judaísmo? En algún momento alguien te ha hecho sentir 'judía' de segunda?

Interesante pregunta. A menudo se le pide al converso saber y cumplir con todo lo que muchos judíos de nacimiento ni saben ni cumplen: es ciertamente una situación algo desigual. De entrada podría parecer un inconveniente, pero creo que es una ventaja tener unos conocimientos firmes y amplios sobre judaísmo antes de formalizar la conversión. Cierto es que aquel que se convierte lo hace porque quiere, y por lo tanto pone los cinco sentidos, sino los seis. Nunca me he sentido judía de segunda ni nunca tampoco nadie me ha hecho sentir así y, si alguien lo ha intentado, no he parado demasiada atención. Intento centrar la atención en cosas productivas y constructivas.

Tiene matrimonios mixtos, en la comunidad? Presenta dificultades, esto?

La sociedad judía es diversa y las sinagogas son el reflejo de esta diversidad. Tenemos matrimonios mixtos, parejas mixtas, familias mixtas ... situaciones reales como la vida misma. Nuestra sinagoga es un espacio que intenta acoger los judíos de Barcelona con sus circunstancias, tal y como son ellos, tal y como es la realidad que nos rodea.

¿Qué crees que implica, que la condición de judío se transmita vía materna?

Tradicionalmente y según la ley judía la condición de judío ha transmitido de dos maneras: por vía materna o por conversión. ¿Qué pasa, entonces, con los hijos de padre judío y madre no judía? Esta pregunta queda abierta, también, a otras opciones familiares fruto de la complejidad que nos rodea. La pregunta se ha ido transformando con el tiempo y hoy en día podría ser, ¿qué ocurre con todas las demás opciones familiares con las que nos encontramos hoy en día? Particularmente, creo que la ley judía debe servir para aproximar la gente allí donde quieren estar, no para alejarlos ni de sus raíces, ni de su judaísmo, ni de su judeidad, ni de la voluntad familiar o personal de pertenecer al pueblo de Israel. En nuestra sinagoga se acercan todo tipo de familias, cada una con una historia y vivencia real. Como sinagoga debemos dar respuestas, respuestas que acerquen, respuestas que acojan, respuestas que apoyen, respuestas que acompañen, respuestas que se adecuen a las necesidades de las familias y se adecuen al mismo tiempo al que nos propone la ley judía.

Amos y Fania Oz explican que no creen en Dios. Pero que a lo largo de su vida han sido lectores de textos judíos en lengua hebrea y no hebrea, y que estos textos han sido su puerta de entrada al mundo y la cultura. Crees que estos textos, leídos de forma humana (sin horizonte de trascendencia divina ...), son suficientes para crear una espiritualidad judía? O sea: hay una espiritualidad judía laica?

Siempre se ha dicho que los judíos somos el pueblo del libro, el pueblo de la Torá. Esta Torá que hay que leerla y releerla, también, desde la perspectiva humana. Somos el pueblo del texto, y es el propio texto lo que nos acerca a la trascendencia. El pueblo judío ha desarrollado una exégesis y una hermenéutica propia, que nos acerca al texto tanto como nos distancia, que nos invita al escrutinio y al cuestionamiento de absolutamente todo. En el texto, hay increparle, hay discrepar, hay que preguntarle y inquirir-hasta deconstruir completamente, para volver de reconstruirlo siempre se una manera nueva, siempre de una manera diferente y única. Según la tradición, la Torá es la prueba de la revelación divina al Sinai. El texto, por tanto, pasa a ser una parte esencial de la espiritualidad. Como muy acertadamente dicen el Amos y la Fania Oz, el pueblo judío no es sólo una línea de sangre, sino una línea de texto, como dicen los proverbios 'la Torá es un árbol de vida para todos aquellos que deciden aferrarse-se ella'